Abundancia y propósito

El materialismo y otros demonios

El dinero no es malo ni es bueno, es solo un recurso.

En el artículo anterior, una persona comentó que tiene una creencia muy arraigada de que “tener dinero la convierte en una persona materialista y la aleja de la espiritualidad”

Lo cual afirma, le había ocasionado muchos problemas y sufrimiento en su vida ya que nunca se había interesado por tener una buena relación con el dinero

No sabía administrarlo, vivía con muchas carencias y sentía que solo pasaba de una crisis económica a otra.

Al compartir su experiencia, me dí cuenta que esta puede ser la creencia de muchos de nosotros.

Consciente o inconscientemente podemos estar viviendo con el mismo dogma, lo que me motivó a profundizar sobre el origen de esta creencia.

Lo cual nos traslada al Panteón de los Fenicios, donde Mammón era el dios de las riquezas, relacionado con la palabra fenicia “mommon”.

Que significa beneficio o utilidad y relacionada también con la palabra hebrea “matmon” que significa tesoro y traducida al arameo, riqueza.

Dios que luego se convirtió en un demonio avaro que, hizo su debut en el Sermón de la Montaña en tiempos de Jesús.

Donde él mencionó el nombre “Mammon” para simbolizar a las riquezas y el deseo por el dinero.

Así, en un contexto bíblico se personificó como el demonio de la avaricia y el materialismo. 

Mammón es entonces un demonio de carácter simbólico que personifica esta tendencia considerada negativa en los seres humanos, de priorizar lo material sobre lo espiritual.

Los seres humanos somos una triada de cuerpo, mente y espíritu

Ahora bien, en esencia los seres humanos somos la unidad del cuerpo, la mente y el espíritu y en un sentido holístico debemos propender por el equilibrio de ésta triada.

El materialismo entonces entendido como el excesivo apego a todo lo material rompe la armonía de ésta unidad.

Sin embargo, teniendo en cuenta que somos una mente y un espíritu en un cuerpo físico; la materialidad y la espiritualidad no riñen.

Por el contrario, son complementarias pues, requerimos de la materia para cubrir nuestras necesidades básicas.

El dinero como parte de lo material no es la excepción, pues la energía monetaria es indispensable y en un sentido práctico, este es solo un bien de intercambio.

Por ello, no podemos culpar el dinero, ni endilgarle connotaciones negativas como el control, la dominación, la corrupción, la desigualdad o la avaricia.

Pues somos cada uno de nosotros quienes elegimos qué hacer con éste recurso. El dinero es entonces lo que nosotros decidamos hacer de él.

Así, si lo encasillamos como algo negativo estaremos negando parte del elemento material de nuestra triada, parte de nuestra esencia.

Con lo cual, lo convertimos en un obstáculo permanente para poder evolucionar de manera integral ya que, somos seres que necesitamos subsistir en un plano material.

Por el contrario, si aceptamos y abrazamos nuestra esencia material como parte de lo que somos, podremos dar un carácter espiritual al dinero.

Con total consciencia de, cómo lo genero, lo administro, lo disfruto y lo comparto con las demás personas para contribuir al bienestar común, con profunda generosidad.

 Fuente: https://www.britannica.com/topic/mammon

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