Uno de los anhelos que tengo como madre, es que mi hija sea feliz. Que pueda descubrir quién es, para qué vino a este mundo y pueda ser ella misma.
Así, su felicidad, se ha convertido en mi prioridad. Entre tantas opciones y decisiones que tomar, sin duda, es una tranquilidad tener su felicidad en primer lugar. https://bit.ly/MamaMasPresente
Recordando propiciar cada día, un ambiente de alegría, optimismo y confianza. Siendo consciente de mis propias emociones, para actuar con intencionalidad.
Habilidad que aprendí, a través de mi propio proceso de convivir con una enfermedad crónica, tomando la decisión de no dramatizar la vida, para restablecer el balance, momento a momento.
Enfermedad que además, me enseñó que el dolor es inevitable en la vida pero, el sufrimiento es opcional.
Por ello, sé que no puedo evitar el dolor en la vida de mi hija pero, confío darle las herramientas para que enfrente sus propios desafíos.
Entendiendo que la felicidad no depende de nuestras circunstancias, de nada externo, ni es una meta futura que debamos alcanzar.
Por ello sin reprimir lo que sentimos y ser falsamente positivos, si espero que en mi hogar, ella pueda conocer cómo es la vida en todas sus facetas.
Dentro de un entorno emocional sano, rodeado de mucho amor y buen humor, para que aprenda a ver el lado favorable, pese a las dificultades.
Asumiendo los errores, los fracasos y los obstáculos, como oportunidades de mejora, cambio y crecimiento. https://bit.ly/ExpectativasEnLosHijos
Encontrando satisfacción en lo que es, hace y tiene, para que pueda sentir que esta vida, ¡Merece la pena vivirla!
