Tus propósitos deben estar en sintonía con lo que te hace feliz
Parte de lo que hemos aprendido en estos tiempos de incertidumbre, es a vivir en el presente, disfrutando más de lo cotidiano.
Así, hemos empezado los últimos años, planteándonos todo desde una nueva perspectiva y con seguridad reorganizando nuestras prioridades.
Propósitos que surgen de lo que deseábamos hacer y lograr. Así, intentamos anticipar el futuro y para ello, hacemos planes y establecemos objetivos.
Lo que nos da una sensación de poder controlar, aunque sea un poco, lo que viene. Con propósitos que deseamos, nos marquen el camino y nos faciliten la toma de decisiones.
Sin embargo, estos propósitos que en un principio son nuestro aliciente y sentimos que nos llenan de energía, luego los vamos dejando a un lado.
Meses después, nos encontramos con que ni siquiera hemos iniciado y nos justificamos en que no hemos dispuesto el tiempo o no tenemos lo que se necesita para lograrlos.
Es posible que también nos demos cuenta de que debemos plantearlos mejor, pues, son demasiado vagos para ser concretados, inalcanzables o poco retadores.
En adición, y siendo honestos podemos encontrar que tampoco estamos dispuestos a hacer lo que se necesita para lograrlos.
Nos sentimos entonces, estancados y es difícil encontrar de nuevo el empuje que se necesita para reanudar.
Para evitar que esto pase, te dejo esta lista de preguntas que te pueden ayudar con una mayor consciencia a replantearlos, desecharlos o retomar la senda de esos propósitos.
Considera entonces, estas 5 reflexiones como un paso previo, para que luego garantices que tus metas se cumplan:
#1 ¿Por qué quieres lograr este objetivo?
En tu dialogo interno, pueden surgir respuestas como: obtener un título, ganar más dinero, bajar de peso, demostrar a los demás que puedo hacerlo, tener una casa propia etc.
#2 ¿Cómo te beneficia cumplir ese próposito? ¿Qué valor aporta a tu vida?
Tus respuestas pueden ser algo así como, mayores oportunidades de empleo, tener más dinero, estar en mi peso ideal, probar que si puedo a los que no creyeron en mí, dejar de pagar arriendo.
Ahora cuestiona tu respuesta, ¿Para qué quiero mayores oportunidades de empleo? ¿El título que persigo obtener me llevará a obtener mayores oportunidades de empleo? ¿Es en realidad otro empleo lo que quiero?
#3 ¿Están alineados con tus valores?
Aquello que te motiva a cumplir este objetivo, se siente natural, apropiado y auténtico para ti, o tal vez es un propósito influenciado por el entorno.
Reflexiona, si esa motivación, puede estar en contravía con quien eres y lo que en realidad quieres hacer y tener en tu vida.
#4 ¿Involucran cómo quieres sentirte si los logras?
Cumplir estos objetivos te hará sentirte como quieres: Realizado, amado, seguro, pleno, satisfecho contigo mismo, saludable, libre, etc.
#5 ¿Qué ganas y qué pierdes?
Cuando dices sí a algo, sueles decir no a otra cosa. Por ejemplo, dices sí a un empleo y no a tu verdadera pasión; dices sí a ganar más dinero y no a disponer de mayor tiempo.
Dices sí a hacer ejercicio a diario y no a dormir más; dices sí a una hipoteca y no a poder irte a viajar por el mundo.
Finalmente pregúntate, si estás dispuesto a hacer lo que se necesite, porque de ello dependerá que continúes pase lo que pase, hasta lograrlo.