Cuando las expectativas se convierten en trampas
Todos tenemos expectativas. Son esas imágenes mentales que anticipan cómo creemos que deberían ser las cosas: cómo nos irá en un proyecto, qué actitud tendrá nuestra pareja, qué resultados dará nuestro esfuerzo.
Y aunque las expectativas pueden motivarnos, también pueden convertirse en trampas. Porque cuando no se cumplen, nos llena de frustración, ansiedad y la dolorosa sensación de que no somos suficientes.
Mi historia con las expectativas irreales
Durante años, mi perfeccionismo me empujaba a plantearme expectativas irreales. Soñaba con resultados impecables y rápidos. Pero, si la realidad se alejaba de esa imagen perfecta, abandonaba todo. Acumulando sueños, proyectos e ideas inconclusos, porque no les daba tiempo de despegar y crecer.
Hoy vivo mis expectativas de manera distinta. He aprendido a centrarme en el proceso: en acciones pequeñas, realistas, pero cargadas de tanta intencionalidad que me han permitido lograr en pocos años lo que antes parecía imposible.
Las expectativas ya no son una condena, ahora son brújulas.
¿Qué son las expectativas? (y por qué importan)
- Anticipaciones del futuro: son proyecciones de lo que creemos que va a ocurrir.
- Combinación de factores: deseos, experiencias pasadas, creencias personales reguladas por las imposiciones sociales.
- Esperanza o exigencia: pueden ser un motor de motivación o una carga irreal que nos bloquea.
Expectativas vs. Realidad
Expectativas reflexivas (realistas)
Nacen del análisis consciente. Te ayudan a planificar y a avanzar con claridad.
Expectativas automáticas (irreales)
Surgen del deseo o del miedo sin contraste con la realidad. Crean ilusiones frágiles que se rompen fácilmente.
Expectativas impuestas (Statu quo)
Provienen de lo que la sociedad dicta que “deberías” lograr. Muchas veces ni siquiera nacen de ti.
Cómo afectan las expectativas a tu vida y tu salud mental
- Motivación: cuando son realistas, te impulsan.
- Decepción: cuando no se cumplen, generan enojo, tristeza, frutración y sensación de fracaso.
- Salud mental: las expectativas poco realistas alimentan la autoexigencia, la ansiedad y hasta el burnout.
Ejemplos de expectativas no cumplidad en la vida real:
- Personales: querer cambiar toda tu vida en enero y frustrarte al abandonar en febrero.
- Laborales: esperar un ascenso inmediato sin considerar tu experiencia, procesos ni tiempos.
- De pareja: asumir que tu pareja “debería saber lo que necesitas” sin hablarlo.
En todos los casos, el problema no es soñar, sino no dar espacio al proceso real que lleva a esos resultados.
Método R.E.A.L.: de la expectativa a la acción
Un marco sencillo para transformar expectativas en resultados:
R – Revisa y nombra
Pon en palabras lo que esperas. ¿Es reflexiva, automática o impuesta?
E – Estima probabilidades y recursos
¿Qué necesitas para acercarte a ella? Tiempo, apoyo, dinero, energía.
A – Acuerda
Habla con quienes están implicados. Ajusta lo que es real y sé consciente de lo que no depende de ti.
L – Limita y pivotea
Parte en pasos pequeños, revísalos cada cierto tiempo y ajusta lo necesario.
Preguntas frecuentes sobre las expectativas (FAQs)
¿Qué diferencia hay entre expectativas y metas?
Las metas son objetivos concretos que dependen de tus acciones. Las expectativas son proyecciones que muchas veces se cargan de ilusión o imposiciones externas.
¿Qué hacer cuando las expectativas me frustran?
Identifica si son realistas, ajusta en pasos más pequeños y centra tu energía en lo que sí depende de ti.
¿Cómo manejar las expectativas de los demás sobre mí?
Reconociendo que no todo lo que esperan de ti coincide con lo que tú esperas, está a tu alcance o es tu responsabilidad. Poner límites también es cuidar tu paz.
Del sueño a la acción con propósito
Las expectativas no tienen que ser cadenas. Pueden convertirse en brújulas. La clave está en pasar de la ilusión inalcanzable a la acción posible.
Porque lo que realmente cambia tu vida no son los grandes sueños perfectos, sino las pequeñas acciones sostenidas que realizas a diario.
¿Quieres profundizar más?
Soy María Montero, y sé lo que es cargar con expectativas irreales que te frustran más de lo que te motivan. Por eso escribí dos libros que te invitan a dar el salto de la expectativa a la acción:
Y su versión para madres:
Estos son una guía para convertir la frustración en propósito y comenzar hoy a vivir con más claridad y dirección. Encuentra ambos libros a continuación. Da clic en la portada y empieza a leer la primera parte ahora 👇