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como dejar de ser perfeccionista

Cómo dejar de ser perfeccionista (y recuperar tu paz interior)

¿Y si el perfeccionismo no fuera una virtud, sino una cárcel invisible?

¿Conoces esa vocecita que te dice: “No está mal… pero podrías haberlo hecho mejor”? Si sientes que toda tu vida se limita a un exigencia constante por hacerlo todo perfecto, este artículo es para ti.

Aquí descubrirás por qué el perfeccionismo es uno de los mayores ladrones de paz en tu vida y cómo empezar a soltarlo —sin abandonar tus sueños ni tu deseo de superarte.


¿Es malo ser perfeccionista?

Durante años pensé que ser perfeccionista era una cualidad. Me hacía destacar, cumplir con mis responsabilidades, y mantener todo bajo control. Pero, con el tiempo, me di cuenta de algo que no podía seguir ignorando: Vivía agotada, tensa, irritable y emocionalmente drenada.

Mi búsqueda por la perfección no era productividad ni excelencia. Era miedo al error. Miedo al juicio. Miedo a fallar.

Y es así como perfeccionistas, aunque sepamos que la perfección no existe, vivimos como si debiéramos alcanzarla. ¿El resultado? Una vida llena de ansiedad, frustración e insatisfacción porque nada era suficiente.


¿Cómo afecta el perfeccionismo a la salud mental?

El perfeccionismo no es simplemente “tener altos estándares”. Es una mentalidad que nos hace vivir en alerta constante.

Aquí algunas señales rojas que indican que cruzaste la línea:

1. Pensamiento todo o nada

Si no quedó perfecto, es un fracaso. Un 9.9 no es motivo de orgullo, sino de frustración.

2. Procrastinación disfrazada

El miedo a no hacerlo bien te paraliza. Postergas todo por terror a no estar a la altura. Es la famosa parálisis por análisis.

3. Autocrítica feroz

Tu voz interna no es una aliada, es un juez cruel. Solo ves errores, aunque el mundo te felicite.

4. Burnout y agotamiento

Insomnio, ansiedad, agotamiento físico y mental. El perfeccionismo cobra su precio en tu salud.

Cuéntame en comentarios:

¿Te identificaste con alguna de estas señales?


¿Qué hacer cuando el perfeccionismo bloquea tus proyectos?

Aquí te comparto 3 técnicas prácticas para aplicar esta semana:

1. El mantra: “Hecho es mejor que perfecto”

Recítalo antes de cada tarea. Recuérdalo cuando sientas que no es suficiente. Funciona como un ancla para el presente.

2. La técnica del “borrador feo”

Arranca así creas que aún nada está listo. Permítete hacer un primer intento de borrador sin filtros. Luego asúmelo como un buen inicio de un proceso, lo hecho se puede siempre mejorar y llegar a ser muy bueno, incluso con sus imperfecciones.

3. Entrega imperfecta y descanso intencional

Entrega algo terminado. Resiste la tentación de pulir más. Y dedica el tiempo que habrías usado en revisar mil veces para respirar, caminar o simplemente disfrutar. O incluso pasa la página y empieza algo nuevo.


¿Cómo dejar de ser perfeccionista sin renunciar a la excelencia?

No se trata de abandonar tus estándares, sino de entender que la excelencia se construye con versiones imperfectas. Que tu valor no aparece cuando todo es perfecto; tú ya lo eres, con tus imperfecciones.

Así fue cómo cambió mi vida:

Cuando entendí que no tiene sentido alcanzar la perfección a costa de la felicidad, dejé de vivir persiguiendo un ideal inalcanzable y empecé a vivir de verdad.

Y ¡tú también puedes hacerlo!


¿Te gustaría profundizar más en este proceso?

Soy María Montero, autora del libro TODO INCLUIDO: Cómo ser feliz cuando el dolor y los desafíos forman parte de la experiencia.

En la primera parte del libro te comparto mi historia real: cómo descubrí que detrás de mi perfeccionismo había heridas sin sanar y cómo aprendí a darme permiso de vivir más ligera, más libre, más en paz.

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