Valerosas mujeres que a lo largo de la historia nos han abierto el camino

Al ingresar a realizar mis estudios superiores conocí una inspiradora historia, en la cual el rector de la universidad en el año 1937 había aceptado a Rosita Rojas Castro como la primera mujer estudiante en la facultad de derecho. Admisión que se dio, no sin antes advertirle a su familia que, no respondía por el comportamiento de sus compañeros. Por lo cual la familia de la joven decidió que su madre la acompañara a todas las clases. Fue así como, cinco años más tarde se convirtió en la primera abogada y posterior jueza de mi país en 1942. No sin antes ganar la demanda que le impedía posesionarse en su despacho bajo el argumento de que si la mujer no podía elegir, tampoco podía ser elegida.

Aún hoy, es inevitable para mí, rememorar la historia de esta mujer que, con coraje y valentía desafió el Statu quo. Así, de manera brillante no solo supo aprovechar la ley aprobada pocos años atrás que le permitió a las mujeres ingresar a la universidad. Sino que, supo poner de su parte a su familia  y a todos los hombres a su alrededor, para lograr su apoyo en este controvertido proyecto personal.

Fue así como, escogió con inteligencia una universidad progresista que, ostenta el título de ser la primera universidad laica de mi país. Institución que nació como respuesta al absolutismo y a la supresión de la libertad de enseñanza impuestos. Y que, basada en un liberalismo radical, desde sus comienzos ha permitido el estudio y el debate libre de las ideas. Acogiendo la diversidad y el respeto de credos religiosos e ideologías políticas; con lo cual había para Rosita una mayor probabilidad de ser aceptada.

Gracias a esta serie de decisiones, Rosita no solo consiguió su propósito, sino que además logró que los hombres la acompañaran. Saliendo del papel machista, totalitarista y autoritario que les imponía la sociedad de antaño. Abriendo su mente y mostrando respeto por ella, a tal punto de lograr su apoyo. En especial de sus profesores que, se convirtieron en sus abogados y ganaron el pleito que le permitió ocupar el despacho de jueza y desempeñarse en su profesión.

Mujeres que aspiraban a más

Deseaban ir más allá del proyecto matrimonial y familiar al cual habían sido confinadas de manera exclusiva en su época. Con lo cual se fue creando una sociedad más receptiva, que abrió la puerta hacia el logro de una ciudadanía plena para las mujeres. Hechos que fueron sumando para lograr ampliar la participación  de la mujer en diversos ámbitos. Dando paso a contar con otra visión competente y diferente de la vida, la cultura, los problemas sociales, las artes y las ciencias.

Por ello, aunque sabemos que la discriminación aún existe  y seguirá tocándonos a todas en algún momento de nuestra vida, en diversos contextos, matices y formas. Rosita, como muchas otras mujeres valerosas a lo largo de la historia, nos demuestran que, aunque no podemos evitar ser discriminadas, muchas podemos elegir participar a través de nuestra presencia activa desde nuestros variados papeles. Convirtiéndonos en un ejemplo para nuestras hijas y futuras generaciones. Transformando la sociedad desde nuestros aportes.

No me preguntes qué hice, pregúntame qué no hice. No le corté las alas.

Ziauddin Yousafzai padre de Malala Yousafzai