Caótica y agotadora, creo que estas palabras resumen las primeras semanas de cuarentena para los que somos padres.
Adaptándonos a la educación en casa, dedicando mucho tiempo a nuestros hijos, trabajando en los ratos que podemos hacerlo, sin olvidar todos los quehaceres que demanda el hogar.
Pese a lo inusual, desafiante y abrumadora de la situación, la mayoría hemos echado mano de nuestra resiliencia.
Así, hemos sacado nuestros recursos y con coraje, mucho amor y buen humor, vamos saliendo adelante.
Cuidando de paso, nuestra propia salud física, mental y emocional, para propiciar un ambiente sano para nuestras familias y poderles transmitir, confianza, calma y seguridad.
Ya que con certeza, nuestros hijos están aprendiendo de la manera en la cual estamos afrontando este momento.
Enseñanzas que serán un legado invaluable en sus vidas, en esta etapa poco habitual en sus vidas pero, con suerte, plagada de buenos recuerdos en familia.
De nosotros depende tener esa consciencia.