Ser una mujer multitarea solo te dejara agotada
Hoy en día las mujeres cumplimos muchos roles y en mi caso, crecí en un medio donde para salir adelante debía ser multitarea.
Siempre ocupada y autoexigente al extremo, nivel que suponía lograr lo imposible, la omnipotencia y la perfección.
Pero, pretender ser todopoderosa solo me llevó a vivir agobiada por la ansiedad, el estrés y la fatiga crónica.
Con la madurez comprendí que, mi recurso más importante es el tiempo, porque al final es la vida misma. Así, establecí prioridades para dedicarme a lo que es realmente importante.
Aprendiendo a decir que no, dejando de lado todas aquellas actividades irrelevantes, para que mi tiempo y energía estén en los proyectos vitales.
A través de planear un día con pocas pero, cruciales actividades, de manera secuencial y no simultánea, y eliminando las distracciones para lograr una mayor concentración.
Viviendo cada momento para conectar plenamente con cada experiencia, lo que no solo ha incrementado mi productividad sino que me ha permitido tener victorias a diario.
Con una mayor sensación de logro y autorrealización, dedicando ahora el tiempo que tanto había anhelado para compartirlo y disfrutarlo con mi familia.