El reto de no hacer nada
Crees que siempre debes estar haciendo algo y cuando no haces nada te sientes culpable.
Sin embargo, el estrés te embarga, sientes que ya no das más, duermes mal, te sientes insatisfecho y reaccionas con rabia ante una mínima provocación.
Tienes olvidos frecuentes, te desconcentras con facilidad, te falta foco y tienes la sensación de no concluir nada.
Sin darte cuenta puedes haber caído en en un estado en el cual, sin cuestionar nada corres y corres, sin saber por qué siempre estás de prisa.
En nuestra sociedad hemos creado el culto a la vida rápida en donde estar ocupado significa ser importante, es un tema de conversación usual y sinónimo de productividad.
Por el contrario tener tiempo libre tiene una connotación negativa. Es por ello que siempre estamos de afán y los días transcurren con una interminable lista de pendientes.
Lista que crece minuto a minuto, con la sobrecarga de información que recibimos a cada momento al tener una conexión permanente con la tecnología.
Tecnología que nos recuerda mediante las llamadas, los mails, los mensajes y las notificaciones que no hay tiempo que perder.
Bajo éste panorama, no es extraño entonces que la productividad vaya en picada si a esto le agregamos que siendo empleados nuestro enfoque está en cumplir un horario, más no al resultado.
Con ambientes laborales que fomentan que las personas sean multitareas saltando de un tema al otro sin concentración ni foco, teniendo como consecuencia la fatiga mental crónica.
Nuestro cerebro tiene más recursos inconscientes
La paradoja es que, nuestro cerebro tiene más recursos inconscientes que conscientes, que solo salen a la luz si nos permitimos no hacer nada.
Contrario a lo que podríamos imaginar, aun en este estado nuestro cerebro nunca deja de trabajar, por lo que el ocio mental está lejos de ser un desierto cognitivo.
Aseguran varios estudios científicos que a diario debemos distraernos, dejar los problemas a un lado y hacer cosas diferentes.
En pocas palabras recomiendan que lo mejor que podemos hacer, es no hacer nada en lo absoluto.
Ya que solo así, podremos ver nuestros problemas desde una nueva perspectiva y tener esos instantes ¡Eureka!
Mecanismos cerebrales únicos donde al divagar llega a nosotros la inspiración para resolver nuestros desafíos más complejos, incentivar nuestra creatividad, enfocarnos y mejorar nuestra productividad.
Por lo cual, así la simple idea de que los problemas necesitan desconexión y tiempo libre para ser resueltos puede sonar extraño y hasta tedioso.
Pero, es un concepto simple que puede tener un profundo impacto, en nuestra vida y en la sociedad en general.
Después de todo, la historia nos cuenta que fue relajado en una bañera donde Arquímedes comprendió el principio de la flotación.
En una tarde relajada en un jardín, cuando Isaac Newton concibió la teoría de la gravitación universal.
Y Paul McCartney relata que compuso Yesterday en el misterioso mundo de sus sueños.
¿Te animas entonces a intentarlo y a parar?
“No tengo tiempo para tener prisa”
John Wesley