Entonces no comas chatarra
En un sentido literal, eres lo que comes pues, nuestro cuerpo se compone en esencia de los alimentos y bebidas que nos llevamos en la boca. lo que no es nuevo pues, en 1826, en la obra “Physiologie du Goût, ou Méditations de Gastronomie Transcendante”, Jean Anthelme Brillat-Savarin afirmó “Dime lo que comes y te diré lo que eres”.
Desde entonces, en el ámbito de la nutrición, hemos sido bombardeados con todo tipo de consejos contradictorios sobre qué comer. Lo que ha ocasionado que muchas veces no prestemos suficiente atención a lo que podría ser una dieta saludable. O por el temor a las grasas trans y saturadas, hemos eliminado por completo la grasa en nuestras dietas reemplazándolas por un alto consumo de carbohidratos. Lo que sumado a los productos procesados y ultraprocesados que han entrado en nuestra dieta, han disparado nuestras tasas de sobrepeso y obesidad.
La Dieta Mediterránea
Pese a la confusión sobre qué comer, hay consenso en que la dieta marca la diferencia, y evidencia que nos dice que, el camino puede ser, inclinar la balanza hacia una dieta mediterránea. Con alto consumo de frutas, nueces, verduras, legumbres, aceite de oliva y pescado y cantidades más bajas de carnes rojas, comida rápida, y en general productos procesados. Dieta que según muchos estudios, puede extender de forma considerable nuestra esperanza de vida y retrasa la aparición de enfermedades.
La paradoja de la alimentación
Nuestra paradoja actual es que, al mejorar nuestras condiciones socioeconómicas vivimos en un escenario en que las carencias alimentarias podrían no existir para muchos de nosotros. Pasando el límite de la glotonería, causante de las mayoría de las enfermedades crónicas ocasionadas por los malos hábitos alimenticios. Siendo poco conscientes de nuestra propia salud y ocasionando un grave daño al planeta, por la forma en la cual producimos nuestros alimentos y la cultura que hemos creado de desperdicio. Así, mientras que a diario se desechan grandes cantidades de alimentos que no han podido ser vendidos, convivimos en muchos países con la desnutrición de nuestros niños y mayores.
El camino es el balance
Ahora bien, la mayoría de nosotros deseamos estar sanos, tener una vida plena y ser felices y para ello, no hay secreto y el camino es más fácil de lo que pensamos. Comer poco y bien, ser frugales y priorizar la calidad sobre la cantidad. Con una alimentación rica y variada. En modestas raciones que nos permitan reducir la ingestión calórica por debajo de nuestro gasto energético. Formula simple que, según los expertos, cumple el objetivo de prolongar la vida, manteniendo nuestra salud física y mental. Eres lo que comes.
Para cada persona el camino hacia una vida en equilibrio es diferente. Si te interesa conocer aún más de mi experiencia con una enfermedad crónica como el lupus e inspirarte para implementar los cambios que debes hacer en tu vida para mejorar tu salud, empieza a leer mi libro: ¡Todo incluído! Cómo ser feliz cuando el dolor y los desafíos forman parte de la experiencia