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María Montero

- Autora -

actitud positiva

¡Más allá del optimismo! Aprender a vivir plenamente con los desafíos de la vida

¿Qué es el optimismo cuando enfrentas dificultades?

El optimismo es una actitud mental que nos ayuda a mirar el futuro con esperanza, aun cuando la vida nos presenta desafíos inesperados. Pero, ¿Qué ocurre cuando la vida parece ponerse en tu contra? A dónde se va tu optimismo cuando sientes que todo se desmorona y las soluciones se ven lejanas.

Justo lo que me empezó a ocurrir después de realizarme unos exámenes de salud rutinarios en el 2011, como preparación para ser madre y debido a ciertos antecedentes familiares, mi doctora solicitó unas pruebas adicionales de anticuerpos, los cuales salieron positivas y representaban la probabilidad de tener una enfermedad autoinmune. 

Con los años, los síntomas fueron manifestándose y fue así como empezaron los primeros brotes de la enfermedad, que, aunque leves, tuvieron una afectación suficiente para replantearme lo que significaba tener este padecimiento y comprender la manera en la cual podía impactar mi vida; haciendo tambalear mi optimismo.

Después de muchos estudios fui diagnosticada con lupus, enfermedad autoinmune, crónica e incurable que para fortuna en mi caso tiene pocas probabilidades de afectar órganos vitales; pero presenta una considerable afectación de mi calidad de vida. Así empezó una etapa de mi vida donde el optimismo me pareció por momentos una idea remota e incluso ilusoria.

Pero, la vida misma me obligó a a cambiar de perspectiva porque me di cuenta que, si quería mejorar mi situación no necesitaba la clase de optimismo ingenuo que negara mi realidad, sino por el contrario uno realista que me permitiera enfrentar las dificultades a las cuales debía enfrentarme, con la suficiente claridad mental para ir construyendo fortaleza interior. Aquí es donde entró en juego el verdadero poder del optimismo: una herramienta que me mantuvo y me sigue manteniendo en pie, con la capacidad de adaptarme a las circunstancias y aprender, en medio de esta crisis.

Optimismo realista: abrazar la dificultad sin ignorarla

Entonces lo primero que aprendí es que el optimismo no se trata de ver todo color de rosa o pretender que los problemas no existen. Al contrario, es ser capaz de ver la realidad con sus luces y sombras, y aun así optar por enfocarse en lo que puedes hacer para que las cosas mejoren. Esto es lo que en mi experiencia personal aprendí a llamar optimismo realista.

Entonces, cuando recibí el diagnóstico de lupus, una enfermedad autoinmune que afecta cada aspecto de mi vida, tuve dos opciones: caer en la desesperanza o encontrar la manera de vivir con esta enfermedad. Elegí la segunda, y aunque no siempre es fácil, el optimismo realista se ha convertido en esa herramienta poderosa de la cual echar mano para seguir adelante.

Aprendí entonces a convivir con el dolor, la fatiga crónica y la falta de energía, que en mi caso personal fue lo más difícil de asimilar porque siendo una persona joven mi cuerpo empezó a dejar de responderme, pero, por otro lado, al vivir con una enfermedad tan compleja que me hace vivir en la incertidumbre de no saber si mañana tendré la suficiente energía para hacer lo que deseo hacer, me olvidé de aplazar lo realmente importante, dando total prioridad a las piedras angulares de mi existencia. En otras palabras, ser optimista me ayudó para cambiar mi perspectiva y mi actitud, y sacarle el jugo a la vida cada día. Concentrándome en lo que puedo, no en lo que no puedo.

Cómo aplicar el optimismo en situaciones difíciles

  1. Aceptar la realidad: No puedes cambiar lo que no reconoces. Aceptar la situación es el primer paso hacia cualquier mejoría. El verdadero optimismo no niega los problemas, los enfrenta poniendo el foco en las posibles soluciones.
  2. Concentrarse en lo que está bajo tu control: Siempre hay aspectos de nuestra vida que no podemos controlar, pero también hay otros que sí. En momentos de crisis, tu enfoque debe estar en las cosas que puedes cambiar o al menos influir. Pregúntate: «¿Qué puedo hacer ahora para mejorar esta situación?»
  3. Reinterpretar el significado del dolor: El optimismo nos permite ver las dificultades como oportunidades de aprendizaje. En lugar de preguntarte «¿por qué me pasa esto a mí?», empieza a preguntarte «¿Para qué la vida me está poniendo por delante este reto y qué puedo aprender de esta situación?». Este cambio de perspectiva es esencial para en lugar de ver tus limitaciones, veas tus posibilidades y cultivar una mentalidad resiliente.

El equilibrio entre optimismo y acción

El optimismo, por sí solo, no solucionará tus problemas. Necesitas acompañarlo con acción consciente y decidida. Muchas veces nos dejamos llevar por la falsa creencia de que con una mentalidad positiva basta para que todo mejore. Sin embargo, el verdadero optimismo implica también estar dispuestos a trabajar en aquello en lo cual podemos tener un impacto real.

Por ejemplo, en mi caso, el optimismo me ayuda a enfrentar a diario mi enfermedad y a mantener una actitud positiva. Pero, me lleva también a ser consciente y asumir la responsabilidad por mi salud, tomar las decisiones correctas y seguir el plan de tratamiento, que implica tener mis chequeos médicos, tomar mis medicamentos, cuidar mi alimentación, hacer ejercicio físico, tener una buena rutina de sueño y pedir apoyo cuando sea necesario.

El poder de las pequeñas victorias

Uno de los aspectos más poderosos del optimismo es su capacidad para hacerte ver y celebrar las pequeñas victorias. Enfrentar grandes desafíos puede sentirse abrumador, pero si te enfocas en los pequeños pasos que das cada día, podrás apreciar tu progreso y mantenerte motivado.

Las personas que logran superar dificultades no son aquellas que nunca caen, sino aquellas que, a pesar de caer, se levantan una y otra vez, apreciando cada pequeño avance. El optimismo realista te ayuda entonces a entender que no es necesario resolver todo de una vez. Basta con dar un paso a la vez.

¿Qué diferencia a las personas optimistas?

Se ha demostrado que las personas optimistas no necesariamente enfrentan menos problemas que las pesimistas, de hecho, basta con que puedas sostener una conversación más profunda con cualquier persona que te permita conocerlas más, para darte cuenta que ninguna persona escapa al dolor, porque la vida misma está acompañada de grandes pérdidas.

Pero, lo que las distingue a las personas optimistas es su capacidad para ver los desafíos como superables. Dicho de otro modo, creen que tienen la capacidad de influir en el resultado, y esto les permite actuar con mayor determinación. Esta mentalidad es crucial cuando enfrentamos problemas graves como una enfermedad o una crisis financiera. Ya que pasado el shock inicial que produce la situación, una persona optimista, en lugar de pensar «esto nunca mejorará», dice: «esto es difícil, pero puedo hacer algo al respecto».

Cómo el optimismo mejora tu bienestar físico

No es solo una cuestión de actitud. El optimismo tiene un impacto directo en nuestra salud física. Estudios han demostrado que las personas optimistas suelen tener un sistema inmunológico más fuerte, sufren menos enfermedades crónicas y viven más tiempo.

Esto no significa que debas ignorar tus emociones negativas. Al contrario, reconocer y manejar el estrés de manera saludable es parte de lo que hace al optimismo tan efectivo. De esta manera, en lugar de dejar que el miedo o la frustración tomen el control, puedes optar por usar esas emociones como catalizadores para el cambio. Lo cual no solo te ayudará a recuperar una sensación de control, sino que también te permitirá actuar con claridad para construir fortaleza, en lugar de dejarte arrastrar por la desesperanza.

El optimismo como práctica diaria

El optimismo no es una cualidad con la que se nace, es una habilidad que se puede aprender y se cultiva con la práctica diaria. Todos los días puedes encontrar algo por lo que agradecer, algo que te inspire o algo que puedes hacer mejor. Estos pequeños hábitos, cuando se practican con constancia, crean una mentalidad optimista que te sostenga incluso en los momentos más sombríos.

¿Cómo influye el optimismo en nuestras relaciones?

El optimismo no solo nos beneficia a nivel personal, sino que también mejora nuestras relaciones. ¿Quién no quiere estar con una persona optimista? Las personas optimistas tienden a ser más colaborativas, empáticas y abiertas. Esto no solo las ayuda a formar relaciones más fuertes, sino que también les permite ofrecer apoyo emocional a quienes las rodean.

Lo que es fundamental cuando enfrentamos dificultades, pues en tales situaciones nuestro círculo cercano es clave para mejorar nuestro bienestar. El optimismo entonces, nos ayuda a construir relaciones más sanas, basadas en la comprensión y el apoyo mutuo, lo cual es vital para superar los desafíos de la vida.

Abrazar el optimismo como estilo de vida

En conclusión, vivir con optimismo no significa ignorar los problemas ni ser ingenuo. Al contrario, significa ser capaz de ver la realidad con claridad, y aún así elegir enfocarse en las soluciones, en lo positivo y en lo que puedes hacer para mejorar.

Este enfoque realista y esperanzado es lo que me ha permitido superar momentos difíciles en mi vida, y estoy segura de que también puede ayudarte. ¡El primer paso para transformar tu vida está en tus manos!

Te invito a conocer más sobre mi experiencia y las herramientas que he descubierto a lo largo del tiempo. Si te interesa explorar cómo el optimismo puede transformar tu vida y cómo enfrentar las dificultades con resiliencia, te animo a leer el fragmento de mi libro que te he dejado como regalo aquí

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