Alarga el ciclo de vida de tus prendas
Muchos de nosotros hemos sentido el placer y el entusiasmo de encontrar una ganga en un día de compras, experimentado la tentación de las promociones y sucumbido ante los diseños de la moda rápida, solo para terminar tirando a la basura la mayoría de esas prendas a la cuarta pasada por la lavadora. Lo que si bien admito que he hecho, también debo reconocer que me produce decepción y enfado.
Además, hoy la mayoría sabemos que la industria de la moda es la segunda más contaminante del mundo después de la petrolera, según datos de la ONU, con un fuerte impacto negativo para el entorno y la salud, además de todos los escándalos en que ha incurrido por violación de derechos laborales en muchos países. Sin embargo, mi aproximación a la moda sostenible se dio cuando aún ignoraba ésta información y empecé a notar que la ropa de alta calidad en mi armario la usaba durante muchos años, manteniéndose en perfectas condiciones y la cuidaba más porque era fácil apreciar su valor.
Es fácil apreciar la calidad
De ésta manera, sin proponérmelo fui priorizando la calidad sobre la cantidad, con lo cual al mismo tiempo también fui definiendo mi estilo personal. Llegando al punto de tener menos prendas que de verdad me gustan, me hacen sentir bien y uso de manera frecuente. Lo cual también me ha permitido identificar aquellas que nunca utilizo, necesitan algún arreglo o requieren reemplazo. Estando cada vez menos dispuesta a ir de compras, con el consecuente impacto positivo que esto ha tenido en mis finanzas.
Comprar menos y mejor
Soy una amante de la moda y no lo considero nada superficial, sino por el contrario una forma a través de la cual expresamos nuestra individualidad y estética particular. Por ello, siempre ha sido un placer vestirme, despliego mi creatividad para encontrar la prenda perfecta, combinar colores, usar accesorios, mezclar prendas nuevas con otras vintage y crear atuendos que reflejan mi esencia.
Pero, ahora prefiero elegir prendas de pequeñas colecciones de ropa, zapatos, bolsos y accesorios, con un diseño único que, muchas veces se aleja de las tendencias, pero involucran detalles originales, con un trabajo magistral de confección o elaboración. Moda que a priori puede parecer costosa pero que al hacer un análisis más concienzudo me hizo percatarme que por ejemplo, comprar los zapatos de alta calidad de mis sueños, me podía evitar la compra de cinco pares en un año y además alargar el ciclo de vida, en este caso, de mi calzado.
Mayor conciencia colectiva
Así como en mi caso, para fortuna de nuestros bolsillos y del planeta, la conciencia colectiva cada vez es mayor, y la industria empieza a doblegarse ante la presión de los consumidores que demandan una moda sin tóxicos, que incorpore tecnología innovadora y apueste por la sostenibilidad en sus procesos, y que nos ofrezca prendas de larga duración y que además se puedan reutilizar o reciclar.
Por mi parte, aún estoy lejos de tener un armario capsula, minimalista o cien por ciento compuesto por moda sostenible, pero día tras día, este es más reducido y de mejor calidad, con lo cual ya me ubico en el lado de los que utilizan su ropa con más frecuencia y estamos dispuestos a consumir menos, con lo cual espero estar sumando al cambio que genera un impacto positivo directo en nuestro planeta, con menos uso de recursos naturales, menos emisiones de carbono y menos explotación laboral, en lo que se que, ¡El esfuerzo vale la pena!
«La moda es lo que te ofrecen cuatro veces al año los diseñadores. El estilo es lo que tu eliges»
Lauren Hutton