El cambio nos saca de nuestra zona de confort, nos confronta y nos molesta

A través del cambio progresamos pero, pocas veces nos damos cuenta de ello, por que el cambio nos saca de nuestra zona de confort, nos confronta y nos molesta y por lo general suele parecer lo opuesto a lo que estamos buscando.

Lo que ocurre porque pese a que el cambio es parte inherente de nuestra vida, nuestro hemisferio cerebral izquierdo, más racional, lucha por mantenernos en el terreno de lo seguro y conocido. De esta manera su objetivo será que tengamos un trabajo estable, relaciones convenientes, rutinas, orden, planeación y propenderá siempre por nuestra supervivencia. Seguridad que nos lleva a acumular para el futuro, y en su afán de mantenernos a salvo, nos producirá una fuerte resistencia al cambio.

La resistencia al cambio se manifiesta en cada persona, en situaciones y formas diferentes

Así, una vez me mudé a mi nuevo país de residencia, me vi un día sin nada que ponerme y no por el capricho de no escoger nada, sino porque la ropa que tenía no se ajustaba a quien soy ahora y mi estilo de vida actual. Tenía abrigos, bufandas y sweaters perfectos para un clima frio pero que, de nada me servían en el hermoso clima primaveral en el que vivo ahora. Botas que me protegían de la lluvia en donde poca oportunidad tengo de caminar y ropa ejecutiva adecuada para el mundo corporativo pero, no para la comodidad de mi casa y mis tareas diarias.

Sabía que debía cambiar mis atuendos, pero, me tomó más de un año hacerlo porque con miles de excusas postergué la tarea. “Por si acaso” las necesitaba más adelante cuando la temperatura bajara, requería ir algún evento o reunión, porque me quedaba bien o había invertido mucho dinero en estas prendas. Así transcurrió el tiempo, donando de a poco todo aquello que estaba perfecto pero, nunca volví a usar. Hasta que por fin, me di cuenta que no era a aquella ropa a lo que me aferraba, sino a lo que en realidad para mí suponía dejar ir.

El desapego que en muchas ocasiones empieza por lo material, tiene raíces más profundas

No quería dejar ir mi vida pasada, el papel de ejecutiva, mi ciudad, mi estilo, las personas con las que compartí, todos para ese momento, solo gratos recuerdos. Es por ello que, el desapego a las cosas materiales nos cuesta tanto, porque vinculamos a esas cosas, nuestras emociones más profundas, a un tiempo vivido, posiciones o personas.

Pero, cuando lo logramos, nos conectamos con el hemisferio derecho que, nos empuja a aprender, a correr riesgos, conocer nuevas personas y emprender nuevos proyectos. Desapego que muchas veces empieza por lo material y que nos lleva a ver todo desde una nueva perspectiva, finalizar un capítulo, abrir espacio a lo nuevo que trae el cambio y poder progresar.

El secreto de permanecer siempre vigente es comenzar a cada momento

Agatha Christie

Para cada persona el proceso de desapego es diferente. Si te interesa conocer aún más de mi experiencia y poder afrontar de mejor manera los cambios para avanzar, empieza a leer mi libro: ¡Todo incluído! Cómo ser feliz cuando el dolor y los desafíos forman parte de la experiencia