Prácticas para calmar la mente, simplificar la vida y de atención plena ¿Son una moda o en realidad funcionan?

Hace un tiempo, tuve la oportunidad de vivir un año sabático, gracias a que mi esposo ganó una beca para realizar estudios en el exterior.  En aquel entonces, yo trabajaba en el mundo corporativo inmersa en los apuros, el cumplimiento de metas, horarios extensos y por supuesto mucho estrés. Pero, para eso me había preparado o por lo menos eso pensaba yo. Sin embargo, ese año marcó mi vida, todo lo que yo creía era el éxito y vivir bien se desvirtuó. 

Pues vivimos en una de las ciudades más caras del mundo, con una tercera parte de nuestro ingreso y en un diminuto aparta-estudio. Para mi sorpresa no solo logramos ahorrar, si no que viajamos y asistimos a eventos culturales, sociales y deportivos como nunca antes. Disfrutando de la vida a plenitud, con unos recursos bastante limitados. Con la misma sensación de tranquilidad que tenía cuando me desconectaba en vacaciones. Así, con aquella armonía, pude ver todo desde una nueva perspectiva. ¿Qué cambió en éste año?

Disfrutar el presente

Al saber que nuestro tiempo en el lugar era limitado, toda nuestra concentración estaba en disfrutar el presente, viajar, conocer, aprender, comer, estudiar y leer. Compartir con los entrañables amigos que allí conocimos, vivir conscientemente cada momento, el pasado no era relevante ni el futuro fue una preocupación; Mindfulness.

Vivir sin que falte ni sobre nada

Además de que nuestra estadía era temporal, nuestro espacio era muy limitado, por lo tanto sólo adquirimos los objetos y la ropa que realmente necesitábamos. Solo entraba en nuestra casa, aquello que nos aportaba valor, aprendiendo que es “el desapego”; Minimalismo.

Calmar la mente

Al regresar a mi país, fui diagnosticada con una enfermedad autoinmune crónica que si bien es controlable, no tiene cura, para lo cual el estrés no es un buen aliado. Por lo cual, si quería mejorar mi calidad de vida reduciendo la inflamación, el dolor, la ansiedad y equilibrar mis bajos niveles de energía, debía aprender a relajarme; Meditación.

La meditación como complemento al yoga fueron entonces mi tabla de salvación, en especial para aprender a callar el ruido mental que en mi caso, me hacía preocuparme en exceso por el futuro. Y como la misma vida te va preparando para lo que viene, hace poco más de un año, estoy de nuevo fuera de mi país, por un tiempo incierto.

Lo cual me ha hecho reafirmar el estilo de vida que he escogido, recorrido en el cual sigo aprendiendo y aprovechando los múltiples beneficios que el minimalismo, la meditación y el mindfulness me han traído en múltiples aspectos de mi vida. Intentando cada día vivir feliz en el presente, conectando más con mi familia y las personas que me rodean y disfrutando mucho más de las experiencias.

Yo necesito pocas cosas y las pocas cosas que necesito, las necesito poco.

San Francisco de Asís

Para cada persona mindfulness, minimalismo y meditación pueden tener significados diferentes. Si te interesa conocer aún más de mi experiencia y tomar de cada práctica lo que te beneficia para volver a lo esencial en tu vida, empieza a leer mi libro: ¡Todo incluído! Cómo ser feliz cuando el dolor y los desafíos forman parte de la experiencia